HOT100 92.5 MHz
Un joven de 23 años se viralizó en las redes luego de que contará cómo lo agredieron violentamente en un tren de Alemania, el país donde vive desde el año pasado y se desempeña profesionalmente.
El increíble hecho tuvo como protagonista a Agustín Santamarina, un joven de 23 años que se desempeña profesionalmente como tripulante de cabina en una aerolínea en Alemania. El joven, por medio de las redes, se viralizó luego de que se descargara en las redes acerca de la violenta situación que vivió en un tren del mismo país.
“Dos años tomándome el Roca para ir a la facultad y nunca me pasó nada. Hoy me fajaron en el tren en Alemania”, escribió por medio de su cuenta de Twitter el joven atacado. Rápidamente, la publicación recibió una gran cantidad de respuestas por parte de otros usuarios que querían saber más acerca de lo sucedido, y otros que compartían sus relatos de situaciones similares viviendo en el exterior.
El joven tripulante de cabina se mudó a Alemania en enero del año pasado con el objetivo de hacerse crecer en su carrera profesional. Trabajaba en el aeropuerto de Ezeiza, en check in, hasta que hice la aplicación para trabajar como tripulante de cabina en Europa”, explicó en un principio.
Rápidamente, el joven logró instalarse en la ciudad alemana de Colonia, donde cursó los estudios correspondientes y entró a trabajar en una aerolínea sin problemas. La inseguridad ni el idioma fueron impedimentos para realizar su vida diaria, la cual cursaba con total tranquilidad.
Pero lo que le sucedió una semana, mientras se dirigía al trabajo habitualmente por tren lo dejó totalmente sorprendido, ya nunca le había ocurrido en su vida. “Estaba escuchando música, sentado, y viene un hombre y me pega una patada en el pie. Yo lo miré, pero se sentó. Pensé que solamente era una persona que no estaba bien, que tenía algún problema de salud mental”, explicó el joven argentino.
“Después se acercó de vuelta y me pegó una piña en la cara. A mí me salió decirle: “¿Qué estás haciendo?”, en inglés, pero tampoco sé si me entendía”, cotinuó atónito. “Me cambié de lugar cuando estaba ya por llegar al aeropuerto y esta persona se vuelve a acercar a mí y me pegó dos o tres veces más en la cara. Por suerte llegué y me bajé rápido del tren”.
El joven no pudo creer lo que le había ocurrido en el lugar. No solo porque la situación estaba totalmente fuera de lugar, sino también porque no se habría imaginado nunca que alguien lo agrediera mientras viajaba. Nunca le había ocurrido en el transporte público argentino, menos se esperaba que sucediera en el de Europa.
